Ocultamos nuestra realidad en la calle, pero al llegar al hogar y pararnos frente al espejo, después de desnudar el rostro la realidad nos abofetea de nuevo. Al dormir nuestro rostro descansa, limpio, real, original, libre para respirar y en la mañana siguiente allà está de nuevo en el espejo, ese ser quien nos devela lo que hemos sido.
Otros aun más insulsos se paran frente a un carnicero con tÃtulo universitario llamado infamemente cirujano, quien paso a paso va rebanado rostros sin saber que en el interior de estos rostros las almas lloran a cantaros, pues le están arrebatando su única posibilidad de ser corpóreas y mostrarse al mundo, pero su llanto es más profundo que el cuchillo que este carnicero entierra, pues saben que una vez el puñal fue enterrado será reiterativo hasta el fin de sus dÃas, y en la tumba todos dirán; a este fulano no se le notaban los años y mientras el alma escucha estas palabras llora ya que recuerda que nadie pudo ver las miles de historias que sus arrugas podrÃan haber contado.
Orgulloso luciré mis arrugas y las dejare ser libres para que junto a mi cabello inundado de canas blancas cuenten mis historias, mis aventuras y desventuras, de cómo te amé asà como aman las vacas, de la carne que me comà y de cómo la deje de comer, de cómo nuestra casa olÃa a perro mojado y a gato endemoniado, de cómo amamos y dignificamos a cientos de hermanos no humanos y sobre todas las cosas mis canas dirán que cada una de ellas es tuya y solo tuya de por vida y de por muerte.
Fotos de Andrey Zharov
Pagina Web: http://500px.com/Djony
Un maestro que a través de los rostros retrata fantasÃas.
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