Mi madurez hormonal se puede constatar claramente en esta revista, que hace mas de 3 aƱos empezó mostrando viejas desnudas y no voy a decir mentiras, la revista el principio querĆa ser una copia de la Soho, pero hoy despuĆ©s de haber calmado mi hormonas precoces y habidas de sexo obvio, quiero deferir mucho de la Soho.
Bueno volviendo al goce del placer la imaginación cada aƱo que pasa me complazco mas con aquellas imĆ”genes que dejan la imaginación libre de volar a travĆ©s de una siluetas que insinĆŗan mas no exponen la obviedad de lo ya tan conocido por todos, el sexo, y cada dĆa que me adentro mas en el mundo de la imĆ”genes sensuales, me doy cuenta que el momento del sexo, en el cual las dos personas estĆ”n desnudas, debe ser tan solo la culminación de aquello que a travĆ©s de las noche se vivió, aquello que a travĆ©s de la vista se percibió y no hablo de tetas y culos grandes, hablo de las miradas, de las siluetas, de todo aquello que podemos expresar con nuestros ojos, con nuestras prendas, con nuestros gestos, con un beso robado apasionado que dure solo 5 o mĆ”ximo diez segundos y de repetirlo cada una o dos horas (Amor: Tu sabes de que hablo).
El goce al placer de la imaginación observa los ojos, observa el cabello, el maquillaje que transforma siluetas en obras de arte, observa los hombros, observa la blusa y se deleita imaginando aquello que cubre esa blusa.
El goce al placer de la imaginación, mira las caderas, la cintura, la pelvis y piensa con agrado en aquello que la hace mujer, continua observando el pantalón, en como le queda perfecto, o en como le quedarĆa perfecto, y continua en las piernas que serĆ”n las encargadas de las caricias inesperadas.
Una Pequeña muestra del goce al placer de la imaginación
Modelo: Lady Diamond (Fanny Maurer)
0 Comentarios
Por Favor deja tu nombre o Correo